El fracaso de Manga Corta: cómo un crecimiento acelerado no es sinónimo de éxito (parte 2)
Su estilo personal reflejado en la ropa llevó a Alan Earle, en plena universidad, a crear su primera startup de poleras estampadas. Su crecimiento fue potente, al punto de opacar a la competencia y duplicar ventas. Pero en 10 años quebró, ¿qué pasó?