Por Ueric Melo, gerente de Ciberseguridad y Privacidad de Genetec.
El boom de la inteligencia artificial ya se ha establecido en Chile y el mundo, trayendo consigo beneficios y facilidades para la vida cotidiana de las personas y para las operaciones de las empresas. Este es el caso de ChatGPT, que es una de las tecnologías del momento y ha sido utilizada para una variedad de propósitos en diversos sectores, desde la creación de textos e historias, hasta la elaboración de procesos judiciales y recomendaciones médicas.
No hay dudas de que esta herramienta está causando una revolución en el universo de la IA, principalmente por la democratización de este tipo de tecnología, solo en el primer semestre del año, más de 100 millones de usuarios han usado esta plataforma. Sin embargo, junto con los beneficios, también existen riesgos asociados a su utilización como por ejemplo el riesgo de privacidad, confidencialidad, ciberseguridad, creación de noticias falsas y resultados sesgados o incorrectos.
Es importante reconocer que se trata de una herramienta extremadamente poderosa y prometedora que puede traer muchos beneficios para diversos sectores, pero no es 100% confiable. Toda información generada por esta herramienta debe ser evaluada, verificada, ajustada y validada por un ser humano.
Es fundamental que los desarrolladores y usuarios estén conscientes de los riesgos y que se implementen medidas adecuadas de protección para garantizar que los datos estén adecuadamente protegidos y que tecnologías de IA como ChatGPT sean utilizadas de manera ética y responsable.
En la búsqueda de aprovechar al máximo el potencial de la inteligencia artificial, es esencial fomentar un diálogo abierto y continuo entre los actores involucrados, desde los desarrolladores hasta los usuarios finales. La transparencia en el desarrollo y aplicación de estas tecnologías permitirá una comprensión más clara de su funcionamiento, fomentando así la confianza y la aceptación por parte de la sociedad.
En última instancia, la evolución de la inteligencia artificial como herramienta integral para la sociedad dependerá de nuestro compromiso colectivo con la responsabilidad ética. Al abrazar las oportunidades que esta tecnología ofrece, al tiempo que se abordan de manera proactiva sus desafíos, podemos construir un futuro donde la inteligencia artificial no solo impulse la innovación, sino que también refleje nuestros valores fundamentales de integridad, equidad y seguridad.
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