por Carlos Santibáñez Rodríguez, Director de SITO
Muchas veces quienes hemos iniciado el camino del emprendimiento tenemos ideas de negocio basadas en software, y nos topamos con la barrera de que no sabemos programar o nunca hemos desarrollado códigos para aplicaciones que sean tanto prácticas como amigables. Es muy posible incluso que aquellos que lean esta columna sepan programar en lenguajes de alta complejidad o bajo nivel, como Assembler, MATLAB o C, y al momento de querer realizar aplicaciones amigables nos topemos con la barrera de: ¿Cómo lo hago bonito? Porque claro, podemos hacerlo funcional, pero no sabemos hacerlo bonito.
Situaciones como esta son comunes en grupos de trabajo donde todos cuentan con especialización en las áreas duras de la ingeniería. Gracias al avance de herramientas tipo no-code, estos grupos pueden avanzar a pasos agigantados hacia una aplicación que es simple de montar y que, al menos en una primera instancia de MVP o de prototipo, son lo suficientemente robustas para demostrar una operación básica para convencer tanto a inversionistas como a posibles clientes.
Gracias a herramientas como Softr, Bubble o Glide, que nos permiten crear aplicaciones solo arrastrando bloques, hoy cualquiera puede realizar una aplicación en pocos minutos, y gracias a herramientas integradas como Airtable, podemos crear hasta bases de datos con un par de clics. Sin embargo, esto no significa que solo usando estas herramientas contamos ahora con un posible negocio o una posible startup.
Debemos esforzarnos un poquito más y avanzar hacia el complejo mundo de buscar clientes y hacer match con nuestros posibles usuarios o compradores. Afortunadamente, existen instancias como los workshops y actividades que permiten conectar tanto a clientes como desarrolladores, tales como las que El Ecosistema Startup realiza constantemente, donde una simple conversación puede llevar al desarrollo de herramientas y aplicaciones de alto impacto que pueden ser grandes oportunidades de negocio.
Existen casos de éxito internacional de aplicaciones no-code que han logrado avanzar a buen ritmo. Comet, un marketplace de freelancers, formada en 2016, llegó a levantar 14 millones de euros en su serie A en el 2018. Teal, herramienta para la búsqueda de trabajo, levantó 11 millones de dólares. Bubble, una aplicación para poder ordenar las finanzas y salir de las deudas, levantó casi 2,5 millones de USD pocos meses después de su creación, y Dividend, herramienta que permite a dueños de inmuebles buscar financiamiento para mejorar sus hogares e instalar, por ejemplo, soluciones de eficiencia energética, llegó a levantar casi 400 millones de USD.
¿Y qué falta hoy para que te atrevas a desarrollar tu primera herramienta o solución basada en no-code? Quizás alguien que quiera reemplazar una plataforma obsoleta puede buscar una solución en ese estilo, o alguna empresa que quiera actualizar su plataforma basada en PowerBi por algo más atractivo, una persona que no sepa cómo organizar su agenda de clientes, o incluso una agrupación de futbolistas amateur de barrio que necesite organizar su campeonato -como la solución que creó Sportplatz/SpielerPlus, una startup alemana que organiza deportes y que ha generado una cantidad impresionante de revenue- puede ser el detonante necesario para nuestro próximo caso de éxito.