por Tomás Ffrench-Davis, CEO y cofundador de Goodplayers
El «Fonditis» es una enfermedad común en el ecosistema de startups, especialmente en aquellas en etapas de IDEA, MVP y FFF (Friends, Family and Fools). La falta de clientes iniciales y de capital empuja a muchos emprendedores a buscar fondos en cualquier convocatoria disponible, una estrategia válida pero peligrosa si se convierte en el principal modelo de ingresos.
Cuando creé mi primera startup, «Kellun App», no tenía ni un peso. Venía de tres fracasos empresariales previos y, en medio del estallido social y la pandemia, decidí embarcarme en la creación de una plataforma de impacto social. Kellun App buscaba digitalizar las fundaciones que ayudaban a los afectados por la pandemia, conectando a las personas con diversas formas de apoyo.
Sin dinero ni conocimientos técnicos, me dediqué a postular a todos los fondos posibles: universitarios, gubernamentales, bancarios, e incluso internacionales. Así, logramos ganar más de 15 premios, acumulando aproximadamente 32.000 USD. Este éxito en la obtención de fondos transformó nuestro enfoque: nos concentramos más en cómo postular mejor, crear un pitch emocional y diseñar un deck atractivo, en lugar de desarrollar un modelo de negocio sólido y estrategias de ventas efectivas.
El resultado fue una startup que, aunque era una gran idea, resultó ser un pésimo negocio. No digo que financiarse con fondos sea malo, al contrario, puede ser un excelente punto de partida. Sin embargo, es crucial que desde el principio se trabaje en un modelo de negocio viable, ya que el cliente es el mejor inversor que se puede tener.
Las Lecciones del Fonditis
El fonditis también tiene sus ventajas. Te obliga a validar tu idea ante un amplio público, te ayuda a aterrizar los términos de negocio, te posiciona en el ecosistema y te proporciona recursos para comenzar. En mi caso, aunque Kellun App fracasó, los fondos obtenidos nos permitieron probar nuestra idea y aprender valiosas lecciones.
El aprendizaje más importante que puedo compartir es la necesidad de crear una startup con validación comercial antes de lanzarse. Crea algo que alguien esté dispuesto a pagar, desarrolla una propuesta de valor que resuelva un problema real y significativo para tu cliente objetivo.
En los últimos años, hemos visto surgir muchas startups con «buenas ideas, pero pésimos negocios». Mi consejo es que se esfuercen por construir startups que sean «buenas ideas y grandes negocios».
Si no tienes capital para iniciar ese gran negocio, te dejo algunos recursos que me ayudaron a encontrar fondos concursables:
El boletín mensual de fondos concursables de Josefa Villarroel: Josefa Villarroel
El boletín de Emprendelinks de Caro Emprende: Emprendelinks
No se trata de evitar los fondos, sino de no depender exclusivamente de ellos. Úsalos para validar y arrancar, pero siempre con la mira en construir un modelo de negocio sostenible.