Por Constanza González, ejecutiva de Mentoring de la Red de Mentores 3IE-USM.
El mentoring es una práctica que busca contribuir al crecimiento y desarrollo de los emprendimientos. Es aquí donde radica la importancia de no subestimar la conexión o “match” entre el emprendedor o equipo emprendedor y el mentor o mentora. En este proceso, es crucial comprender las necesidades del equipo, su forma de trabajo y los valores que impulsan su visión.
Del mismo modo, los mentores deben conocer sus propios estilos, áreas de experiencia y capacidades. El “match” ideal no se trata solo de encajar perfiles en un papel, sino de entender la dinámica humana detrás de la relación.
En la mentoría, no solo se comparten conocimientos, sino que también se establece una conexión personal y profesional. La confianza, la empatía y la comunicación fluida son fundamentales para que se genere un impacto. Un buen “match” asegura que estas cualidades se fortalezcan y florezcan, favoreciendo un intercambio constructivo de ideas y experiencias.
Otra razón por la que establecer buenas relaciones es esencial durante el proceso de mentoría, es que permite que los emprendedores se sientan más motivados y más involucrados en su propio crecimiento y desarrollo. Cuando se establece una conexión fuerte con un mentor o mentora, los emprendedores se sienten apoyados y motivados para hacer todo lo posible para lograr sus metas y objetivos. Esto puede conducir a mayores niveles de compromiso y determinación, lo que a su vez puede aumentar sus posibilidades de éxito empresarial.
La conexión entre el mentor y el equipo emprendedor es un pilar esencial para el éxito de la mentoría. Una relación sólida no solo se trata de coincidir en habilidades o conocimientos, sino de comprender las motivaciones, valores y metas del equipo. Esta sincronización facilita un diálogo auténtico, una comprensión más profunda y un enfoque estratégico, allanando el camino para un desarrollo empresarial más efectivo y sostenible. La capacidad de construir este vínculo impacta directamente en el grado de colaboración y la eficacia de las interacciones, promoviendo así un ambiente propicio para el crecimiento profesional y personal.
Al final del día, la mentoría es una práctica que involucra personas. Lograr que emprendedores y mentores se complementen a nivel profesional y personal no solo mejora la eficacia del proceso, sino que también hace que la experiencia sea enriquecedora y significativa para ambas partes. La mentoría no es solo una transferencia de conocimiento, sino una inversión en relaciones humanas que puede cambiar el destino de los emprendedores y guiarlos en su viaje.
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