Por Víctor Parra, Country Manager de WeWork Chile.
Las startups y emprendimientos desempeñan un papel central en la actualidad chilena, siendo una fuerza motora y un referente de crecimiento. No obstante, su expansión no escapa a las necesidades comunes de cualquier otra empresa, y la búsqueda de un espacio de trabajo adecuado, sin dudas, es una de ellas.
Si bien muchas de estas empresas, innovadoras y naturalmente disruptivas, usualmente inician utilizando el teletrabajo y las casas de sus founders como sus primeras oficinas, son varias las que se vuelcan a encontrar soluciones que les ofrezcan contar con un lugar cómodo para recibir clientes y tener reuniones, pero descentralizado y que se adapte a la demanda de sus colaboradores y la naturaleza adaptable que caracteriza a este tipo de compañías.
Si consideramos que arrendar un espacio de nivel alto en Santiago Oriente puede variar, en promedio, entre las 30 UF hasta las 90 UF por metro cuadrado al mes, el concepto “oficina corporativa” puede resultar algo elevado para un emprendimiento o start-up aún en etapas iniciales.
En contraste, el arriendo de espacios flexibles se sitúa en torno a las 2,5 UF mensuales, incluyendo servicios esenciales como luz, agua, internet, aseo, y utensilios, entre otros. Y los beneficios. Por lo mismo, es que un 40% de las empresas y personas que apuestan por arrendar espacios de trabajo flexibles, como los que ofrece un referente en la materia -WeWork- son startups o emprendimientos, empresas que necesitan destinar su fuerza económica a invertir en su negocio y que, dado esto, optan por externalizar sus oficinas y su mantenimiento. Este
Y lo mejor: satisfaciendo también a quienes trabajan con ellos, ya que un modelo flexible y con oficinas descentralizadas “on demand” permite que los trabajadores puedan optar a espacios siempre listos para recibirlos, pero más cerca de cada uno de ellos.
El modelo flexible no solo se posiciona como un aliado fundamental para startups y emprendedores, sino que también representa un catalizador para la transformación positiva en la forma en que concebimos y abordamos los espacios de trabajo en Chile.
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