por Bastián Vásquez, CEO y Founder de Lili
Uno de los mayores errores que muchos emprendedores cometen, y me incluyo, es centrarse en encontrar un CTO que cumpla sus sueños. Lamentablemente, esto no es lo más importante cuando estás validando una idea de negocio en una etapa temprana.
En el mundo de las startups, la velocidad no es solo una ventaja, sino una necesidad. Mi nombre es Bastián Vásquez, y quiero compartir contigo cómo logré convertir una idea de negocio en una realidad en menos de dos semanas, todo sin tener conocimientos previos en tecnología. Este es el relato de LiLi, una startup que nació de una necesidad personal y que hoy, busca inspirar a otros emprendedores a salir y validar sus ideas cuanto antes.
Una necesidad urgente: el origen de LiLi
La historia de LiLi comienza en la comuna de Lo Espejo, Santiago de Chile, donde crecí y donde aún vive mi madre Liliana (en su honor el nombre de mi startup). Durante una intensa lluvia, el techo de su casa empezó a filtrar agua, causando una inundación en su hogar y en muchas otras casas de la comuna. La frustración de no poder encontrar rápidamente a un profesional confiable y accesible para resolver el problema fue lo que encendió la chispa de mi idea de negocio.
Al pasar el tiempo, descubrí lo complicado que es para las personas saber a quién acudir cuando necesitan un gásfiter, cerrajero, o cualquier otro profesional del hogar. El poder de negociación que tienen los consumidores finales es muy bajo, ya que no están al tanto del precio real de los servicios. Muchas veces terminan contratando a un «maestro chasquilla» que, además de cobrar un precio excesivo, no siempre realiza un trabajo de calidad.
Decidí crear LiLi, una plataforma que conecta a personas que necesitan servicios para el hogar con profesionales calificados de manera rápida y segura. LiLi busca aumentar la competitividad de los profesionales del hogar basándose en precios, reseñas, certificaciones, entre otros factores que le den más transparencia y poder de decisión al consumidor.
¿Pastelero a tus pasteles?
En mi búsqueda por materializar esta idea, inicialmente formé un equipo con un CTO que trabajaba full time en otra empresa. En una de nuestras conversaciones, este CTO me indicó que un MVP podría estar listo en unos 6 meses. Esta estimación me pareció una locura. No podía esperar medio año para lanzar una versión básica de mi idea al mercado, especialmente cuando sabía que la necesidad era urgente y que cada día de demora significaba más oportunidades perdidas.
Decidí seguir un camino diferente y descubrí Bubble.io, una plataforma no-code que permite crear aplicaciones web sin escribir una sola línea de código. Determinado a validar mi idea lo antes posible, me sumergí en esta herramienta y, en menos de dos semanas, había creado un MVP funcional de Lili.
Este MVP me permitió validar mi idea en el mercado real y me dio la confianza para continuar desarrollando la plataforma, sabiendo que había una necesidad genuina por cubrir. La rapidez con la que pasé de una idea a un producto tangible fue clave para captar el interés de los primeros usuarios y para ajustar la propuesta de valor basándome en sus comentarios.
El enfoque correcto: salir al mercado rápido
Uno de los mayores errores que muchos emprendedores cometen, y me incluyo, es enfocarse en tener un CTO en el equipo desde el inicio. Sin embargo, esto no es lo más importante cuando estás validando una idea de negocio en una etapa temprana. Lo que realmente necesitamos es destinar nuestros esfuerzos en salir a vender lo más rápido posible, construyendo un producto mínimo viable (MVP), aunque falten muchos elementos que pueden ser esenciales en una etapa más avanzada.
Este enfoque no solo evita el despilfarro de dinero contratando developers antes de tiempo, sino que también nos permite entrar en un bucle de feedback (Crear-Medir-Aprender) que es fundamental para ajustar el producto a las necesidades reales del mercado. No sirve de nada destinar meses o incluso años en perfeccionar un producto para luego descubrir que el mercado no lo quiere.
Mi mensaje para otros emprendedores es simple: no necesitas ser un experto en tecnología para lanzar una startup. Lo que necesitas es proactividad, una comprensión clara del problema que quieres resolver, y la disposición para aprender y adaptarte rápidamente. El resto se puede adquirir en el camino.
El rol de El Ecosistema Startup
Mi camino como emprendedor también ha estado marcado por mi participación en El Ecosistema Startup, donde he adquirido valiosos conocimientos a través de sus cursos y ampliado mi red de contactos mediante el networking. El Ecosistema Startup ha sido clave en mi desarrollo como emprendedor. Los cursos me han dado las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos del día a día, y el networking me ha conectado con personas que comparten mi visión y pasión por innovar,
Mi mensaje para otros emprendedores es claro: no necesitas ser un experto en tecnología para lanzar una startup. Solo necesitas una buena idea, entender bien el problema que quieres resolver, el CTO después llegará y debes estar dispuesto a aprender y adaptarte rápidamente. El resto se puede adquirir en el camino