Por Paulina Garrido, cofundadora de PinUp.
Era un jueves por la tarde, llevábamos dos horas conversando con el managing partner VC y apenas terminó la reunión, de forma unánime -incluso sin discutirlo- sabíamos que íbamos a rechazar esa oferta de inversión.
Quiero explicar el por qué de nuestra decisión, siendo que realmente necesitábamos el dinero para llevar a cabo ciertos hitos como empresa y así escalar más rápido. Incluso el valuation que nos ofrecieron y el monto, estaban dentro de todo lo que esperábamos, sin embargo, la letra chica no.
En un inicio, como fundadores decidimos establecer las reglas del levantamiento de capital, las cuales eran intransables en el camino, sin importar, el/la inversionista ángel o VC.
Y estas eran nuestras reglas principales:
- Vehículo de inversión a través de un SAFE.
- No aceptar directores en esta ronda (sólo desde la Serie A en adelante)
- Personas que compartan la misma visión y sueño.
¿Cómo partir? En mi caso, fue a través de un programa de aceleración que llegamos a conversaciones con un fondo de inversión que notamos el interés por parte de ellos desde la primera reunión. Por otro lado, hice un listado de 50 founders de startups que ya habían levantado capital y que me parecían súper cool y admirables. La verdad quería aprender de sus CEOs y cómo habían llevado ese proceso, por lo que comencé a conectar a través de LinkedIn con cada uno de ellos -me hubiese gustado reunirme con mujeres, pero sorprendentemente ninguna contestó-.
Sólo el 30% accedió a juntarse conmigo (un café, llamada telefónica, videollamada, etc.) y de esas conversaciones rescato todas. Saqué muy buenos consejos, negocios, libros, podcasts y mentores que más tarde terminaron transformándose en relaciones y amistades.
Desde los primeros cafés y reuniones hasta comentarle a esos potenciales inversionistas que quería que inviertan en pinUp y llegar a cerrar la ronda pasaron alrededor de 8 meses. Como ya lo había escuchado cientos de veces, no es un proceso fácil ni rápido y en mi caso, se demoró aún más por rechazar una oferta, ahora les cuento por qué.
En simple, la oferta no cumplía con ninguno de nuestros tres requisitos intransables por más que era una buena cantidad de dinero, teníamos presente que si no estábamos extremadamente alineados en la visión de la empresa y que realmente nos iban a generar valor y abrir puertas, no iban a hacer los socios adecuados.
Llevándolo a PinUp, nuestro sueño es impactar a más de 11 millones de pymes en todo América Latina. El fondo se inclinaba por venderle a corporativos para aumentar la facturación rápidamente con tickets más grandes, sin importar, que eso puede ser muy difícil de escalar a gran volumen y no era nuestro sueño.
Segundo, nos propusieron entrar con equity directo, lo que sería más caro para nosotros como empresa, menos flexible y eficiente en nuestra etapa. Para nosotros fue un NO. Por último, no sólo propusieron un director para esta etapa, sino que dos, lo cual nos hizo dudar luego de escuchar sus argumentos, en cuánto confiaban en el equipo fundador. Salí de la reunión con una sensación extraña.
Sé que tomamos la decisión correcta, no sólo porque los tres inversionistas cumplían con nuestros tres requisitos principales, sino que también porque a sólo una semana de haber cerrado la ronda se han abierto decenas de puertas con diferentes empresas/startups, prensa, partners, otros founders, entre otros.
Seguimos creciendo y compartiendo el sueño -ahora con más socios- de impactar positivamente en el crecimiento y visibilidad de millones de pymes. Hemos atendido a la fecha más de 100 empresas, trabajamos con más de 2.600 influencers en Perú, Chile y México, ¡y vamos por más!
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