Por James Collado, CTO de Jetbrokers.
En la analogía de barcos en grandes tempestades, las startups viven una de las tormentas más complejas: el término de financiamiento fácil y barato, que sólo serán superadas por quienes naveguen de forma estratégica, eficiente y con mayor compromiso hacia sus propios objetivos.
Acostumbrados a startups que juegan al show pony, refiriéndonos a una startup con muy buenos VC y marketing, pero con producto deficiente y pocos usuarios; es sencillo caer en errores, puesto que nos encontramos en una etapa de transición que exige ser eficiente con el capital conseguido hasta 2022. Esto debido al clima económico mundial y principalmente los tipos de interés de la FED, quienes han finalizado con un ciclo de buen financiamiento, desde el 2009 con tipos de interés en 0%; cifras que, viéndolas desde una perspectiva positiva, no significa momento de crisis, sino de oportunidades y cambios esenciales.
El secreto está en el cambio de mentalidad de «crecimiento a cualquier costo monetario» por una de «ser eficiente con el capital conseguido». Las startups que navegarán con éxito las tempestades serán las que demuestren que pueden construir productos y venderlos de forma sostenible, aunque sean deficiente en términos comunicacionales, como los negocios work pony.
Para eso hay que adoptar una economía de guerra y cortar gastos que no generen un retorno claro e inmediato, alcanzar el punto de equilibrio antes de quedarse sin fondos, con equipos más reducidos y mayor compromiso por parte de fundadores trabajadores.
Hay que pensar en un plan estratégico que se proyecte a décadas y no el próximo año, ya que las crisis son parte del recorrido en el mundo de las startups. Inclusive, si las startups logran demostrar que son eficientes y que tienen un buen producto sostenible, van a conseguir ganarse el poco financiamiento disponible ahí fuera, durante el 2023 y periodos futuros.
En un mundo donde los números mandan, no hay que olvidar “izar las velas”, para un desarrollo estable y constante, de ingresos y menos gastos. Puesto que es un error pensar que solo durante 2023 veremos una crisis en el rubro. Estamos ante un cambio de ciclo y, aguantar las estrategias del pasado esperando que la tormenta pase rápido, es el error que lleva a una startup a hundirse en un gigantesco mar de oportunidades.
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