Muchas personas podrán identificarse con esta situación: sentirse fatigados luego de un largo día de trabajo. A pesar de que eso implique pasar horas sentado frente a la computadora, la realidad es que el esfuerzo que le implica al cerebro trabajar por largos periodos puede ser tan agotador como hacer ejercicio, ya que una cuarta parte de las calorías que consumimos diariamente se emplean para la función cerebral.
Médicos del Hospital de la Pitié-Salpêtrière en Francia encontraron que al pasar largas jornadas laborales, lo que implica un alto grado de actividad cerebral, se acumula en el cerebro una sustancia llamada glutamato, la cual hace que el cerebro active un mecanismo para ésta circule y da como resultado que la persona presente falta de ganas de trabajar y fatiga, lo que se traduce también en una toma de decisiones poco efectivas.
“El entrenamiento cerebral encierra un camino fascinante y en constante evolución para optimizar la productividad laboral y alcanzar el máximo potencial cognitivo, sin que esto derive en padecimientos como estrés o ansiedad. Al promover el descanso y el equilibrio entre el trabajo y la vida personal, las empresas están modelando el éxito de la compañía”, explica Anabel Fernández, CEO y fundadora de Affor Health, empresa especializada en gestionar y mejorar la salud psicosocial de las personas en las organizaciones.
Añade que la productividad se alza como un valor ineludible en la búsqueda de la eficiencia profesional y al considerar la joya que es el cerebro humano, se abre un universo de posibilidades para entrenar y potenciar las facultades cognitivas, dando como resultado equipos de trabajo altamente productivos.
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Estos son algunos consejos de Affor Health para entrenar al cerebro en la jornada laboral:
- Impulsar la diversidad cognitiva
En el engranaje de la maquinaria cerebral, cada tarea ejerce un estímulo particular sobre la mente. Al abrazar la diversidad cognitiva y la variabilidad de desafíos, se fomenta la plasticidad neuronal y la capacidad de adaptación. Así, alternar entre actividades que requieran destrezas distintas (como la resolución de problemas matemáticos, el aprendizaje de un idioma o la creatividad artística) optimiza el funcionamiento global del cerebro y previene el estancamiento cognitivo.
- Cuidar el descanso y el sueño
El descanso y el sueño representan un dúo indispensable para el entrenamiento cerebral efectivo. En la fase de descanso, el cerebro consolida la información y afianza las conexiones neuronales cruciales para el aprendizaje y la memoria a largo plazo. Por ello, cuidar la calidad del sueño y establecer periodos de descanso a lo largo de la jornada laboral se traduce en la optimización en un cerebro productivo.
- Buscar siempre nuevo conocimiento
La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro para recuperarse y adaptarse a nuevas situaciones. Ésta se ejercita con el aprendizaje. De tal modo que la capacitación de los equipos, no sólo los dota de hard skill necesarias para obtener mejores resultados, sino también de actividades que a largo plazo pueden ayudar a disminuir problemas como Parkinson o Alzheimer.
- Mantener una alimentación saludable
La alimentación es clave para tener un cerebro saludable. Una dieta balanceada y rica en nutrientes (como ácidos grasos omega-3, antioxidantes y vitaminas del complejo B) favorece la salud cerebral y el funcionamiento cognitivo óptimo. Mantenerse hidratado y evitar el consumo excesivo de azúcares y alimentos procesados también ayuda a que los colaboradores se sientan menos cansados.
- Disminuir los factores de riesgo psicosocial
En el ámbito laboral existen factores de riesgo psicosocial que pueden tener un gran impacto en la productividad de los equipos, si no son atendidos de forma adecuada.
“En Affor Health ayudamos a las empresas a detectar y prevenir los riesgos psicosociales, a través del programa de atención a empleados (PAE), con el cual brindamos acompañamiento psicológico con la asistencia de especialistas en salud mental. Esto ha permitido que las empresas tengan grandes beneficios como colaboradores más productivos, menores tasas de ausentismo, y principalmente, un mejor clima laboral”, concluye Fernández.