La farmacéutica Eli Lilly apuesta por la tecnología genética con la compra de Verve Therapeutics.
Eli Lilly, una de las gigantes farmacéuticas más reconocidas a nivel mundial, ha anunciado la compra de Verve Therapeutics, una startup especializada en edición genética, por un valor total de 1.300 millones de dólares.
La adquisición representa un paso importante en la estrategia de Eli Lilly para consolidarse en el mercado de la terapia genética, uno de los segmentos más prometedores (y complejos) de la biotecnología actual. Verve Therapeutics se ha destacado por el desarrollo de tecnologías de edición genética con aplicaciones en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, utilizando plataformas como CRISPR para modificar genes de forma precisa.
Según voceros de Eli Lilly, la compra de Verve permitirá ampliar su capacidad en terapias dirigidas, aprovechando el trabajo innovador que la startup había desarrollado de forma independiente. Más allá del alto valor de la operación, lo que realmente sobresale es cómo una empresa emergente, con una propuesta disruptiva, logra posicionarse para ser adquirida por un actor global del sector salud.
¿Qué implicancias tiene esto para el ecosistema startup?
Este movimiento es una clara señal del potencial que las startups biotecnológicas tienen actualmente. En especial, las que combinan ciencia, tecnología y visión empresarial alineada a resolver problemas complejos. En Latinoamérica, una región con talento científico y ecosistemas emergentes, este tipo de noticias debe servir como inspiración para las startups deep-tech y de salud digital.
Además, el caso Verve-Eli Lilly demuestra cómo los grandes fondos y corporaciones están mirando cada vez más hacia las startups no solo como proveedores de innovación, sino como aliados estratégicos de largo plazo.
Para los inversionistas, también es una alerta positiva: invertir en ciencia aplicada y tecnología de alto impacto puede traer retornos atractivos, aunque la curva de resultado sea larga. Para los emprendedores latinoamericanos, el reto es conectar capacidades científicas locales con modelos de negocio sólidos y sostenibles.
Verve Therapeutics, fundada en EE.UU., se centró en el desarrollo de tratamientos que modifiquen de forma permanente genes responsables del colesterol alto, una de las causas principales de enfermedades cardíacas. Esa propuesta fue suficiente para llamar la atención de una de las farmacéuticas más relevantes del mundo.
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