El gobierno español apuesta fuerte por los semiconductores y apoya a la startup Sparc con una inversión millonaria.
España está acelerando su apuesta por la industria tecnológica con una inversión clave en uno de los sectores más estratégicos del mundo: los semiconductores. El Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública, a través de la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones e Infraestructuras Digitales (SETT), ha anunciado una inversión de 17,2 millones de euros para impulsar el desarrollo de esta industria en el país.
Una de las principales beneficiarias de esta iniciativa es Sparc, una startup fundada en Vigo en 2022, especializada en la producción en masa de circuitos integrados para clientes que ya cuentan con sus propios diseños. Es decir, Sparc no desarrolla chips desde cero, sino que se enfoca en facilitar y acelerar su fabricación. Esta estrategia les ha permitido ubicarse estratégicamente en la cadena de valor del hardware tecnológico, ofreciendo soluciones a empresas locales e internacionales.
La inversión de la SETT forma parte del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) dedicado a los semiconductores, uno de los programas clave en la estrategia española para impulsar la soberanía tecnológica. Con esta inyección de capital, se busca convertir a España en uno de los nuevos nodos de referencia en la fabricación y ensamblaje de chips a nivel europeo.
¿Qué significa esto para Latinoamérica?
Este movimiento refuerza la tendencia global: las economías están apostando por tecnologías de alta complejidad para asegurar su futuro económico. Para los emprendedores y startups latinoamericanos, este tipo de noticias son clave, ya que sugieren hacia dónde se están dirigiendo las oportunidades, tanto de negocio como de inversión.
Si bien la fabricación de semiconductores es una industria intensiva en capital, el desarrollo de soluciones asociadas —como diseño de chips, testing, simuladores, inteligencia artificial aplicada al hardware o software embebido— ofrece interesantes puertas de entrada para startups de la región. El caso de Sparc muestra que es posible construir valor apostando por nichos estratégicos dentro de un sector altamente competitivo.
Además, tener visibilidad de cómo gobiernos como el español están financiando innovación tecnológica, puede inspirar a actores del ecosistema latinoamericano —tanto públicos como privados— a crear iniciativas similares para fortalecer nuestras capacidades tecnológicas.
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