Theresia Gouw dejó el patinaje artístico para liderar como inversionista en grandes startups tech como Facebook.
Theresia Gouw es uno de esos nombres que no siempre están en los grandes titulares pero que han jugado un rol clave en la historia de la tecnología. Con un perfil atípico para Silicon Valley, esta ex patinadora artística se convirtió en una de las primeras inversionistas en Facebook, y desde entonces ha consolidado una carrera como una de las mujeres más influyentes en el mundo del capital de riesgo.
De origen asiático, Gouw creció en Estados Unidos y forjó su carácter competitivo practicando patinaje artístico a nivel nacional. Esta mentalidad disciplinada y tenaz fue fundamental cuando decidió entrar en el mundo tech, una industria donde las mujeres —especialmente en los roles de inversión— siguen siendo una minoría.
Su gran salto llegó durante su etapa como socia en la firma Accel Partners, donde participó en fondos que apostaron por empresas que hoy son gigantes tecnológicos. Fue ahí donde tuvo la oportunidad de invertir, en etapas muy tempranas, en Facebook, una decisión que cambiaría su carrera.
Más adelante, Gouw cofundó Aspect Ventures y luego Acrew Capital, desde donde apoya a startups alineadas con sus valores: equipos diversos, soluciones disruptivas y liderazgo inclusivo. Además, ha invertido en empresas como Trulia, ForeScout y The RealReal, demostrando un gran olfato para detectar oportunidades de alto impacto.
Aprendizajes para el ecosistema latinoamericano
La historia de Theresia Gouw nos deja varias lecciones clave que resuenan con el ecosistema startup de Latinoamérica:
- Diversidad es estrategia: Gouw ha sido vocera activa por equipos diversos. En LatAm, donde los desafíos sociales son parte del contexto emprendedor, integrar diversidad en los equipos no es solo justo, sino beneficioso.
- Disciplina y enfoque: Su origen en el deporte le enseñó perseverancia, algo vital para cualquier founder que enfrente el camino complejo del crecimiento.
- Timing de inversión: Detectar startups en fase temprana, como lo hizo con Facebook, requiere visión, colaboración y un ecosistema sólido. Latinoamérica está madurando en este sentido, pero aún hay espacio para más Theresias.
Historias como la de Gouw no solo inspiran, también nos recuerdan que los grandes aciertos vienen de decisiones audaces. Con más inversionistas dispuestas a apostar en etapas iniciales, y con comunidades que apoyen la formación de talento diverso, el ecosistema tecnológico latinoamericano tiene una gran oportunidad de seguir creciendo.
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