Por Roberto Vergara, project manager del Instituto 3IE USM.
En el difícil y competitivo camino que deben recorrer las startups en nuestro país, el éxito no solo depende de una idea innovadora, de un amplio mercado o de una buena estrategia comercial. Es esencial contar con un equipo cohesionado, heterogéneo y con habilidades diversas para enfrentar momentos difíciles y de estrés. Por lo que la conformación de equipos humanos en una startup, y en cualquier empresa, juega un papel fundamental para alcanzar las metas y tener éxito, ya que un grupo bien equilibrado, complementado y colaborativo puede marcar la diferencia entre el fracaso y el éxito de la empresa.
Desde mi experiencia, muchos emprendedores, sobre todo en etapas tempranas del emprendimiento, usan como principales criterios para conformar un equipo de trabajo o socios de una startup, elementos técnicos, profesionales, experienciales, de formación o de amistad, entre otros. Aunque estos criterios no están mal, no son insuficientes. Muchas veces falta incorporar y/o analizar elementos de competencias blandas que podrían completar de mejor manera esa elección de profesionales ad hoc con la empresa.
En este punto, una herramienta muy conocida y disponible en Internet que resulta muy útil en los trabajos de equipo, es la de definición de personalidades. A través de una encuesta de autoaplicación muy simple, se puede separar a las personas en cuatro perfiles:
1. El Implementador, son eficientes para la ejecución de tareas.
2. El Generador, personas que les gusta empezar algo, encontrar problemas u oportunidades que puedan resolver.
3. El Conceptualizador, le gusta analizar muy bien el problema, se toman su tiempo y consideran todas las opciones.
4. El Optimizador, se enfocan en convertir ideas en soluciones prácticas, son personas muy prácticas que quieren clarificar y evaluar ideas.
Existen muchas variaciones de estas herramientas, y la mayoría de ellas son muy útiles y recomendables de trabajar o considerar en la conformación de un equipo de trabajo.
Sin lugar a dudas que, en etapa temprana de un emprendimiento, un hito importante a cumplir es la de constitución de la empresa. En este contexto, hay un elemento que considerar en cuanto a la conformación de equipo, ya que en muchos casos es recomendable la creación y uso de un vesting. Esto quiere decir, la adquisición de derechos de la empresa sujeta a determinadas exigencias o metas, para que regule el accionar de los socios en sus compromisos, como también la incorporación de futuros socios.
En este mismo sentido, mencionar otra herramienta, antigua, pero muy vigente, y que resulta interesante comentar y recomendar: la encuesta de Características Emprendedoras Personales (CEP´S). Aprendí sobre esta herramienta en cursos como facilitador de la metodología CEFE (Competencia como base de la Economía a través de la Formación de Emprendedores), que en la práctica resulta ser también un buen medio a considerar para constituir equipos de alto rendimiento. A partir de 7, 8 ó 10 características emprendedoras, puede dar muy buena información para la creación y gestión de equipos heterogéneos, complementados y de alto rendimiento.
En etapas más avanzadas de un emprendimiento y de equipos que llevan más tiempo trabajando juntos, me atrevo a comentar que sería importante disponer de ciertas distinciones y herramientas que entrega el Coaching Ontológico. Esta disciplina, basada en contribuciones de Rafael Echeverría y Humberto Maturana, entre otros, entrega pautas, prácticas y definiciones en temas como liderazgo, trabajo en equipo, desarrollo personal y manejo para crear ambientes de confianza en el trabajo.
Como también, elementos prácticos para trabajar temas tan cotidianos como saber llevar conversaciones que facilitan la comunicación, la toma de acuerdos y el dar instrucciones, por ejemplo, en este último punto, para dar una buena instrucción se debe designar un/a responsable, definir un plazo y definir condiciones de satisfacción, que curiosamente no todos los líderes o jefes hacen. Lo anterior, sumado al manejo de las emociones, se convierten en elementos fundamentales en la coexistencia y permanencia de un equipo emprendedor que sobrevive y alcanza sus objetivos.
En conclusión, la conformación de equipos en una startup va más allá de simplemente reunir personas. Implica la creación de un grupo cohesivo y colaborativo que sea capaz de enfrentar los desafíos con determinación y creatividad. A medida que una startup evoluciona, su equipo se convierte en el motor que impulsa el logro de sus metas y el cumplimiento de su visión innovadora. Incluso, juega un papel relevante en etapas más avanzadas, como el levantamiento de capital y que, por lo tanto, deben ser asumidas con una mirada holística y con herramientas que aumenten la probabilidad de éxito.
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