Por Felipe Ortúzar, gerente de expansión de Lolocar.
La movilidad sostenible ha adquirido un papel destacado a nivel mundial en el ámbito de la sustentabilidad, llegando a convertirse en uno de los principales Objetivos para el Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030. Este enfoque no solo refleja un movimiento socioambiental, sino que también es motivo de preocupación en el ámbito de la salud pública.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se cree que cada año fallecen 7 millones de personas debido a la contaminación atmosférica. Esta preocupante estadística ha llevado a países a optar por una movilidad segura, accesible y ecológica como solución. Además, esta estrategia busca mitigar la contaminación sonora y la congestión del tráfico, al mismo tiempo que se optimiza el uso de recursos y se promueve la eficiencia del transporte en todo el país.
La contaminación atmosférica está influenciada por diversos factores, siendo la movilidad uno de los principales. En lo que va de 2023, se han registrado aproximadamente 5,5 millones de vehículos en el país. Es por esto que a nivel nacional se necesita consolidar con urgencia nuevas fórmulas que nos permitan desplazarnos de la manera más flexible, eficiente y limpia posible. Tenemos el reto de replantear nuestras ciudades para que realmente generen un impacto positivo en el medioambiente.
Es aquí donde se comienza a instalar una nueva tendencia de movilidad en Chile, algo en que destaca Alemania, por ser pioneros desde 1990, y en España, que están impulsando cada vez con más fuerza a través de su proyecto de Ley de Movilidad Sostenible (actualmente en el congreso).
Desde la aplicación chilena Lolocar, especializada en carsharing o arriendo de autos P2P, contribuyen de manera significativa a la reducción de nuestra huella de carbono y también disminuye la demanda de producción de automóviles nuevos.
En Chile se ha observado un notable compromiso hacia la movilidad sostenible en los últimos años. Esto se ha reflejado en la promoción de la electromovilidad mediante políticas y programas que fomentan la adquisición de vehículos eléctricos y la instalación de electrolineras (estaciones de carga). Además, el Gobierno ha implementado medidas como la restricción vehicular.
Desde nuestra perspectiva como emprendedores, desarrollar la tendencia del carsharing implica adoptar el modelo de economía colaborativa. Es decir, que cada propietario de un vehículo pueda convertirse en un posible microempresario que tiene la capacidad de arrendar su auto cuando no lo necesita y generar ingresos extra, ayudando al mismo tiempo al medioambiente por la disminución que se genera de la huella de carbono y contaminación, junto con fomentar una movilidad sostenible real para todos, y a precio justo.
Además, el futuro y la rentabilidad de las aplicaciones de carsharing es un hecho, una realidad cada vez más presente entre nosotros. La tendencia mundial es hacia una menor propiedad de automóviles, especialmente en ciudades congestionadas, donde es costoso e ineficiente mantener un vehículo propio.
La tecnología está simplificando el proceso de arriendo de autos, reduciendo costos operativos y eliminando barreras para los usuarios. Por lo que el modelo del carsharing está completamente alineado con el creciente interés en la economía circular y la sostenibilidad, ya que maximiza el uso de cada vehículo, reduciendo la necesidad de producción y la huella ecológica.
En ese sentido, estamos cada vez más convencidos de que el futuro del carsharing es brillante y que las plataformas de economía colaborativa seguirán creciendo y evolucionando.
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