Por Diego Arias, fundador de Desafío Latam.
A comienzos de agosto, se hizo público que Zoom, una empresa que se benefició enormemente del teletrabajo durante la pandemia, había pedido a sus empleados que regresen a la oficina al menos dos días a la semana si vivían dentro de un radio de 80 kilómetros de una de sus oficinas. Esta decisión sorprendió debido a que Zoom se destacó como un proveedor de servicios de videollamadas que facilitó el trabajo a distancia y virtual durante la crisis sanitaria.
La información sobre la razón detrás de esta decisión se filtró a través de grabaciones de conversaciones internas del CEO de Zoom, Eric Yuan. En estas grabaciones, Yuan expresó su preocupación por la falta de confianza y colaboración entre los empleados que trabajan principalmente de forma remota. Argumentó que la confianza es esencial para la productividad y que es difícil generar grandes ideas o tener conversaciones efectivas a través de videollamadas. También mencionó que las videollamadas tienden a ser demasiado amigables y carecen de debates necesarios para la innovación.
Estas declaraciones del CEO de Zoom contradicen la imagen que la empresa promociona en su marketing, donde se enfatiza la colaboración y la mejora de la confianza a través de sus servicios de videollamada.
A mi modo de ver, las declaraciones del CEO de Zoom sobre la falta de confianza y colaboración en el trabajo remoto plantean un debate interesante sobre el futuro del trabajo.
Por un lado, está claro que Zoom y las herramientas de videollamadas en general, han sido una herramienta fundamental para muchas empresas durante la pandemia, permitiendo la continuidad del trabajo a distancia y las reuniones virtuales. Sin embargo, esta situación también ha revelado desafíos en términos de construir relaciones y fomentar la creatividad e innovación en un entorno de trabajo completamente remoto.
Es importante recordar que no todas las empresas y equipos son iguales, y lo que funciona para una organización puede no ser adecuado para otra. Algunos empleados pueden preferir la flexibilidad y la comodidad del trabajo remoto, mientras que otros pueden valorar la interacción en persona y la colaboración que proporciona una oficina física. La decisión de Zoom de combinar ambas opciones puede ser una solución intermedia que reconoce estas diferencias.
En nuestro caso en particular en Desafío Latam, tras la pandemia se tomó la decisión de permanecer con trabajo remoto. Modalidad de trabajo, que hoy es lo más valorado por nuestros empleados, y el elemento más atractivo para nuevas contrataciones.
Sin embargo, tampoco todo ha sido alegrías y magia trabajando 100% remoto, según nuestros mismos empleados la comunicación interequipos ha disminuido bastante, lo que complejiza la empatía y visión general de compañía, en especial por quienes no tienen cargos de liderazgos. Además de algunas personas mencionar la necesidad de tener un espacio externo donde trabajar.
Dado todo lo anterior, en nuestro caso estamos avanzando a un modelo híbrido con máxima libertad, en que es decisión de cada persona elegir como prefiere trabajar.
En última instancia, la elección entre el trabajo remoto y el trabajo en la oficina dependerá de la cultura y las necesidades específicas de cada empresa. Lo importante es encontrar un equilibrio que permita la productividad y la satisfacción de los empleados, independientemente de la ubicación de trabajo elegida.
Te puede interesar: Mitos y realidades: Por qué el crecimiento exponencial no es la única vía al éxito
