Por Federico Müller, contador público, coordinador GovTech CEDyAT y experto en financial management para entidades públicas y privadas.
Crecimiento e innovación parecen términos disociados de la dinámica del Estado, más bien vinculados al sector empresarial. Sin embargo, existen tecnologías que pueden ser aplicadas para la reducción de costos dinamizando los mecanismos estatales.
Para que un Estado sea eficiente, es necesario el desarrollo de herramientas que permitan satisfacer las demandas de la ciudadanía acorde a los recursos presupuestarios disponibles. Hoy, con el avance de las tecnologías hacia la Inteligencia Artificial y Machine Learning, es posible agilizar sistemas obsoletos que, por prácticas manuales y arcaicas, impiden las posibilidades que brinda la innovación conocida como GovTech.
Estudios recientes indican que más del 60% de las organizaciones son perezosas en materia digital, con altos grados de retraso en la demanda, lentitud de los procesos e ineficiencia, en un contexto donde la disponibilidad de los datos y la velocidad en el procesamiento de la información resultan primordiales para la optimización del sistema.
En este sentido, el mayor obstáculo al cual nos enfrentamos actualmente no es de índole tecnológico, ya que los recursos están listos para implementarse, sino cultural, donde las personas y los procesos están estrechamente relacionados en una cultura organizacional que impide avances en la gestión y el uso eficiente de los medios.
Existen casos de éxito que han reflejado el potencial de estas herramientas como arbitrio del Estado, llevados adelante en la Provincia de Buenos Aires, en Chubut y en Misiones, la implementación de la gestión presupuestaria digitalizando diversas áreas, ha permitido reducciones millonarias de las finanzas provinciales. Cumpliendo con las reglamentaciones, sólo es cuestión de eficiencia y aplicación sostenida de herramientas tecnológicas.
Los pilares fundamentals del GovTech:
- Reducción del déficit: a través de la informatización de todos los circuitos administrativos, la despapelización del Estado y la digitalización de actuaciones.
- Sustentabilidad a largo plazo: con herramientas capaces de auditar cualquier instancia, es posible un seguimiento y trazabilidad de toda la información e instancias, y la completa confidencialidad de los datos.
- Eficiencia y equidad al interior de la estructura: permite el igual acceso, verificación y registro de todos los que son parte de la planta.
- Datos y registro: la implementación de sistemas digitales modernos permite obtener datos del sistema público para la generación de políticas eficientes y equitativas.
Es posible reducir el déficit del Estado junto con multiplicar su eficiencia y eficacia. Son cambios visibles que redundan en una mejor gestión presupuestaria. Sólo debemos superar los modelos de gestión arcaicos, que generan enormes pilas de papeles y demandan días para ser procesados. Donde el error humano se cuela en los procesos, volviéndolos más lentos, torpes e ineficientes, plausibles de un uso discrecional de los recursos estatales.
Es el problema macro por naturaleza, lo que corroe al sector público e impide la verificación del sistema en una estructura dispersa e incontenible. Sólo es cuestión de dar el primer paso, hacia una mejor gestión.
Revisa también: ChatGPT: Riesgos a la privacidad de la inteligencia artificial