Hace 8 años, un joven emprendedor llamado Alan Earle -quien venía explorando diferentes proyectos de venta de poleras mientras cursaba la Universidad- se presentó ante Broota con el objetivo de levantar capital mediante el crowdfunding.
24 horas después, esta ronda temprana se cerró en CLP 84 Millones, en una respuesta casi viral. Ese fue el inicio formal, «en serio», de MangaCorta (MC); primera plataforma crowdsourcing de diseño de poleras y accesorios, donde los diseñadores asociados de la comunidad creaban, mientras que MC producía, despachaba y atendía al cliente: unos «adelantados».
3 años después, tras ser «el niño simbolo» de Sercotec; haber obtenido fondos por más de CLP 100 millones de Corfo e incluso trasladarse a un gran galpón con una máquina que producía decenas de poleras por minuto, MangaCorta quebró.
De forma impactante: el crecimiento los mató. En palabras de Alan Earle en el segundo episodio de Reboot (el podcast creado por El Ecosistema Startup y Entreprenerd.cl para visibilizar casos de pivoteos, cambios y fracasos en los negocios, con aprendizajes de por medio) fue «mucha guata, poco número».
Everything Everywhere All at Once
Como suele pasar, la tormenta perfecta: Alan iba a ser papá y necesitaba más sueldo. Faltaba flujo, porque si bien habían meses muy buenos, habían otros muy malos. Se pidieron préstamos, se invirtió en una mega maquina, se proyectó mal, se contrató mucho y caro.
Junto con la caída, con el fracaso, el tener que dar la cara a bancos, proveedores, el equipo, vino el stress. Todo implosionó y Alan Earle vivió un burnout y tras ello -explicado en detalle en el episodio 02 de Reboot– una depresión.
Las puertas de MangaCorta cerraron y con ello, cerró un ciclo de 10 años de trabajo y pasión. Tras eso, Alan se asalarió (algo que probablemente nunca tuvo en su cabeza) y pasó por diferentes empresas y proyectos, hasta re descubrirse a sí mismo, sanar cuerpo y mente y emplear esas vivencias para re-emprender… desde una arista completamente distinta.
Presente, presente. Ritualizando los momentos
En relato a Reboot, para este emprendedor, la salud mental es fundamental, porque dormir, comer bien, hacer ejercicio cuida a «la nave», nuestro cuerpo. Y en ese camino de cuidado, dejando de fumar, de fumar una que otra cosita, regulando sueño y alimentos, llegó a la criomedicina.
Ahí, en algo providencial, que coincidió con perder su último trabajo (asalariado en Brincus) y llevar decenas de días sumergiéndose en agua helada, decidió volver a emprender. El foco fue ayudar a otros a hackear el cuerpo, cómo ser un humano optimizado, que puede enfrentar lo que sea, tras estresar al cuerpo en frío.
“Vengan y aplique casi intuitivamente lo que sucedió. ¿El nombre? criomedicina, se imprime, chao. Agenda… acepto trueques o retribuciones monetarias. Mi misión, lo puse al final de mi firma, Alan Earle, la medicina se comparte. Vengan a vivir la experiencia, porque lo que a mi me pasó, lo encuentro demasiado transformacional, porque weon… poder».
¿Qué se viene? Vean la entrevista y sigan a Alan en sus redes sociales.
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