Crear y cerrar una startup no solo es un reto de negocios, sino también una travesía emocional. Esta es la historia de HarBest Market.
Al emprender, pocas veces se habla con sinceridad del lado humano y emocional del fracaso. Álvaro Pérez Redondo, fundador de HarBest Market, compartió en una columna publicada en El Referente el impacto mental de levantar y posteriormente cerrar su startup. Su testimonio ofrece una valiosa mirada interior a un proceso que muchos emprendedores en Latinoamérica viven, pero pocos se atreven a contar.
De la ilusión a la despedida
HarBest Market nació como una plataforma tecnológica pensada para conectar a restaurantes directamente con productores agrícolas, con el objetivo de optimizar la cadena de suministro alimentaria. La startup logró tracción, reconocimiento y un equipo comprometido. Sin embargo, tras enfrentar desafíos inesperados —incluyendo el desgaste constante, las complejidades del mercado y la presión financiera— la decisión final fue cerrar.
El peso emocional del adiós
Pérez Redondo reflexiona sobre cómo un emprendedor muchas veces se identifica tan profundamente con su startup, que el cierre se vive como una pérdida personal. Habla abiertamente sobre el sentimiento de fracaso, el duelo y la dificultad de gestionar el silencio y la desconexión que muchas veces sigue a una salida empresarial.
Destaca también la falta de preparación emocional para este tipo de procesos. “Nunca te enseñan a soltar”, dice, y su reflexión golpea fuerte en un ecosistema donde el éxito muchas veces se mide solo en rondas de inversión o crecimiento a tasas vertiginosas.
Implicancias para el ecosistema latino
En Latinoamérica, donde muchas startups enfrentan contextos complejos —financiamiento limitado, informalidad de mercados, burocracia—, hablar abiertamente del cierre es fundamental para crear un ecosistema más maduro y resiliente.
El caso de HarBest Market pone sobre la mesa la necesidad de incorporar herramientas de salud mental, espacios de conversación sincera y acompañamiento emocional dentro del mundo emprendedor. No todo fracaso es final. A veces, cerrar también es avanzar.
Aprender a soltar para volver a emprender
Lejos de rendirse, Pérez Redondo invita -no desde la teoría sino desde la experiencia vivida- a repensar qué es el “éxito” en el emprendimiento. Su historia es un recordatorio de que emprender no solo es crear productos o levantar inversión, sino también afrontarse a uno mismo. Y que, muchas veces, salir bien de una startup fallida es el primer paso para liderar mejor la siguiente.
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