¿Sabías que las toallas higiénicas femeninas demoran en promedio entre 500 y 800 años en degradarse? Esa información tenían en la cabeza las cofundadoras: Valentina López y su mamá, Angélica Valdivia, cuando estaban buscando reinventarse luego de la pandemia. Buscaban crear un producto sustentable, que no generara más basura ni contaminación, fue así como crearon Aluna, ropa interior biodegradable para personas con incontinencia urinaria y para mujeres que están menstruando.
Según las emprendedoras, una de las diferencias de Aluna es que son productos diseñados y hechos en Chile, por un equipo de mujeres costureras, lo que les permite tener una trazabilidad de los materiales de sus productos.
La génesis de este emprendimiento no fue usual, ya que Valentina se encontraba en Camboya cuando comenzaron a diseñar -a distancia- los primeros productos. “Hice un viaje por Asia para trabajar con distintas ONGs relacionadas a educación y sustentabilidad y me terminé quedando atrapada en Camboya por el cierre de fronteras, en plena pandemia”, relata la cofundadora, que además es Máster en Diseño de Servicios del Royal College of Art de Londres.
Pero eso no fue obstáculo para dar los primeros pasos de lo que sería Aluna, emprendimiento que cuenta con más de 10.000 clientes. “Crear prototipos, ponerlos a prueba, pedir feedback a usuarios reales, son pasos clave que en la mayoría de los casos se pueden hacer rápido, sin mucho presupuesto y que pueden tener un impacto sustancial a la hora de lanzar un servicio/producto exitoso”, añade Valentina.
– Ya nos adelantaste algo, pero cuéntanos la historia completa de cómo nace Aluna.
Aluna nace conceptualmente en marzo 2020, aunque oficialmente se formaliza en Noviembre del mismo año, contexto pandemia. Yo ya había decidido volver a Chile, sin embargo, antes de volver hice un viaje por Asia trabajando con distintas ONGs relacionadas a educación y sustentabilidad y me terminé quedando atrapada en Camboya por el cierre de fronteras.
En paralelo, mi madre y sus hermanas siempre habían tenido negocios de confección de ropa de fiestas, pero con la pandemia ese tipo de negocios se vieron forzados a cerrar, sin embargo no querían quedarse en la casa sin hacer nada, no querían tampoco dejar sin trabajo a su equipo de costureras.
Dado que yo ya venía especializándome (tanto en mi vida profesional como personal) en temas relacionados con la sustentabilidad y el cuidado medioambiental. Decidimos unir fuerzas, primero a distancia, empezamos a diseñar lo que sería el primer calzón menstrual 100% hecho en Chile. Ellas haciendo pruebas desde acá y yo en
Camboya diseñando la marca y experiencia de compra. Y una vez que logré volver, hicimos muchas pruebas con usuarias de todo Chile hasta que dimos con un producto que funcionara, se viera bonito y fuera cómodo. Y así nació Aluna, con el objetivo inicial de eliminar el plástico de la menstruación, hoy esa misión se
ha expandido y tenemos un nuevo foco que es replicar esto para el mundo de la incontinencia urinaria.
Lee también: CEO de Fundadoras asegura que Business Festival permitirá vivir una experiencia transformadora
– ¿Cómo se diferencian de la competencia?
Cuando empezamos prácticamente no teníamos competencia, las otras marcas que existen hoy partieron prácticamente al mismo tiempo, por lo que no eran conocidas en esa época.
Por otra parte, la gran mayoría de nuestra competencia no diseña ni produce, traen productos de países asiáticos y los venden bajo su marca. Lo cual desde nuestro punto de vista no es realmente responsable con el medioambiente ni con las condiciones laborales de quienes producen esos productos.
Lamentablemente para poder importar un producto ya listo desde China, la huella de carbono que se genera es enorme. Adicionalmente, es virtualmente imposible tener trazabilidad de los materiales, sin ir más allá, varias marcas grandes con fábricas en Asia, han sido demandadas por usar materiales que contienen químicos que no son seguros para el cuerpo ni el planeta.
Y finalmente, es muy lamentable, pero es una realidad que en dichas fábricas, sobre todo en lugares como China, Bangladesh, Pakistán y Camboya (por nombrar algunos) sigue existiendo la esclavitud moderna de acuerdo al Global Slavery Index. Nosotras queríamos hacer algo radicalmente distinto, que fuera responsable con el medioambiente, con nuestras trabajadoras y que efectivamente respondiera a las necesidades y tendencias locales.
– ¿Cómo ha sido el crecimiento de la empresa desde sus inicios?
Al principio sobre todo fue muy rápido, mucho más rápido de lo que nos imaginábamos. Empezamos a crecer en Instagram y con eso aumentaron las ventas. Fue tan así que por el primer año no invertimos nada en ads ni ningún tipo de publicidad, ya que naturalmente continuamos creciendo mes a mes.
Creo que en parte ayudó el hecho de que no tuviéramos mucha competencia, y que por otro lado, mucha gente estaba en su casa, lo que fue más fácil que se dieran la oportunidad de probar nuestros productos desde la casa que en la oficina/universidad/colegio.
Partimos con 3 modelos. Hoy tenemos una gran variedad de diseños enfocados en tipo de uso y usuaria. Por ejemplo, tenemos para las primeras menstruaciones (menarquia), para dormir, para hacer deporte, para bañarse en el mar/piscina y más recientemente para la incontinencia urinaria.
Y además de nuestro sitio web, también pueden encontrar nuestros productos en Falabella.cl, Paris.cl y Ripley.cl.
Obstáculos e inversión
– ¿Cuáles fueron los principales obstáculos que tuvieron que sortear?
Dentro de las cosas más difíciles para poder producir en Chile es el acceso a materiales de calidad y el acceso a costureras. Nos ha costado hacer crecer el equipo de confección, de hecho ese mismo desafío nos ha dado la oportunidad también de innovar en cómo confeccionar los productos en sí mismos, para hacer la producción lo más eficiente posible.
En el caso de los productos de incontinencia, el principal desafío que enfrentamos hoy es llegar al público indicado. Ya desciframos cómo hablarle a las personas que menstrúan, qué tipo de contenido, formatos y plataformas resuenan. Sin embargo la incontinencia urinaria es un tema mucho más tabú que la menstruación y que afecta mayormente a un público que no usa tanto RRSS, al menos no de la misma manera que otros segmentos.
Además, muchas veces son reacios a hablar sobre incontinencia. Incluso la tasa de consulta médica es baja en nuestro país, ya que es un tema que genera vergüenza y del que no estamos acostumbrados como sociedad a conversar.
– ¿Han hecho levantamiento de capital?
No hemos hecho levantamiento de capital, hasta ahora no hemos visto la necesidad de hacerlo, si bien no es algo que descartemos, también queremos pensar bien cómo queremos que crezca Aluna.
Como mencioné, el tema de la sustentabilidad no es algo que lo tomemos a la ligera. Y muchas veces crecer sólo con el fin de crecer puede llevar a desviar los intereses de las empresas, a caer en prácticas poco responsables. El único capital externo con el que contamos es el premio de Piensa en Grandes, del Hogar de Cristo con AFP Hábitat y Vinson, donde a principios de año obtuvimos el primer lugar y eso significó un premio monetario, al mismo tiempo de una asesoría de parte de dichos equipos.
– ¿Sólo están en Chile o también tienen venta en otros países?
Hoy llegamos a todo Chile y tenemos unas clientas mayoristas regulares en Uruguay con las que trabajamos desde hace un año, quienes instalaron básicamente una tienda con nuestros productos en ese país. Además hemos tenido clientes mayoristas puntuales en Perú y Ecuador.
A la fecha tenemos alrededor de 10.000 clientas y clientes, sin embargo el número de personas que ha podido probar Aluna ha sido aún más grande, ya que cada año hacemos campañas de donación y educación menstrual donde trabajamos con municipalidades, fundaciones y hogares como América Solidaria, Fundación Jesús Niño, Hogar Las Creches.
– ¿Cuáles son las metas a corto y largo plazo?
En el corto plazo queremos dar a conocer y hacer crecer la sub-marca que acabamos de crear: Aluna Dry, donde el foco exclusivo va a ser incontinencia urinaria.
Queremos ser capaces de replicar la experiencia menstrual, creando una comunidad en torno a este tema donde podamos educar, resolver dudas, conversar con profesionales y dar a conocer nuestros productos.
En el mediano-largo plazo, queremos posicionarnos como la marca experta en incontinencia, expandiendo nuestra línea de productos y entrando al retail físico con este producto para poder llegar a más personas. Eliminando el plástico de la incontinencia urinaria.