España lanza un foro nacional sobre emprendimiento sin presencia real de startups. Un caso que deja lecciones para Latinoamérica.
El pasado 20 de junio de 2025, España dio un paso importante en el marco de su Ley de Startups al lanzar el Foro Nacional de Empresas Emergentes. En teoría, este foro debería ser un espacio de articulación entre emprendedores, inversionistas, corporativos y administraciones públicas. Sin embargo, lo que debía ser un hito para las startups terminó siendo un evento sin su actor principal: las propias startups.
Según el medio El Español, este foro reunió a representantes del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades; autoridades de ENISA, el CDTI y la Red.es, así como otros organismos públicos y entidades privadas. Pero fue notoria la escasa o nula representación de startups reales. Sí estuvieron presentes empresas como Nuki, WeFox o Wallapop, pero su participación fue más simbólica que sustantiva.
¿Y por qué importa esto en Latinoamérica? Porque muchos países de la región están replicando modelos europeos en su normativa para startups. El caso español demuestra que más allá de leyes y foros, lo que realmente construye ecosistemas sólidos es la participación real de los emprendedores, no solo los discursos institucionales.
Un llamado a la acción más allá del papel
En lugar de convertirse en una plataforma vibrante para la interacción entre actores clave, el Foro fue criticado por su enfoque burocrático. Se hizo mucho eco de programas existentes, pero hubo poca innovación en los mecanismos de participación para las startups.
Por ejemplo, no se abordaron temas como desafíos de financiación en etapas tempranas, internacionalización, obstáculos regulatorios o la conexión con fondos privados. En otras palabras, los verdaderos dolores del crecimiento fueron ignorados.
¿Qué puede aprender Latinoamérica?
En países como México, Colombia, Chile o Argentina, donde el ecosistema emprendedor ha crecido con fuerza desde lo local, es clave no caer en el error de construir foros desde arriba, sin involucrar a quienes están en la trinchera diariamente: los emprendedores.
Más que leyes o estructuras formales, Latinoamérica necesita espacios vivos, donde la comunidad startup lidere las conversaciones, co-cree las políticas y conecte con los fondos e instituciones desde su propia lógica y necesidades.
Y eso es posible cuando se da protagonismo a quienes arriesgan, anticipan tendencias y construyen mercados, no solo a quienes los regulan.
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