Recientemente, tuve una conversación con una emprendedora llena de potencial, sueños, pero también de dudas y temores. Esta charla me llevó a recordar mis propios inicios, donde enfrenté situaciones similares llenas de críticas y comentarios desalentadores. No solo me hizo viajar al pasado, sino que también me impulsó a escribir esta columna, con la esperanza de ofrecer una perspectiva útil para otros emprendedores.
Mi camino en el mundo del emprendimiento no ha sido fácil. Desde el principio, me encontré con voces que decían que no podía hacerlo, que mis ideas no eran suficientemente buenas o que simplemente no tenía lo necesario para el éxito. Estas palabras inicialmente me afectaban, provocando dudas sobre mí mismo y mis capacidades. Pero con el tiempo, comencé a ver estas críticas desde una perspectiva diferente.
Aprendí que cada crítica, cada comentario negativo, podría ser un regalo disfrazado. Empecé a usar estos comentarios como un motor para mi crecimiento personal y el desarrollo de mi startup. Cuando alguien decía que mi producto era malo o que mis estrategias no funcionarían, en lugar de desanimarme, buscaba entender el porqué detrás de sus palabras. Esta actitud me permitió mejorar constantemente y adaptar mi negocio a las necesidades del mercado.
Incluso enfrenté ofertas de compra por valores ridículamente bajos y amenazas de aquellos que se veían amenazados por lo que estábamos construyendo. En esos momentos, fue difícil no ceder ante la frustración y el desánimo. Pero estas experiencias solo reforzaron mi convicción y clarificaron la visión que tenía para mi empresa. Cada desafío se convirtió en un escalón hacia la realización de mis sueños.
Hoy, miro hacia atrás y veo cada una de esas críticas y desafíos, no como obstáculos, sino como momentos cruciales que me formaron como emprendedor. Me enseñaron la importancia de la resiliencia, el valor de una visión clara y la necesidad de adaptarse continuamente.
A aquellos que están comenzando su viaje como emprendedores, les digo: usen las críticas a su favor. No las vean como el fin de su camino, sino como una oportunidad para fortalecer sus ideas y convicciones. Recuerden, en el mundo del emprendimiento, cada «no puedes» puede convertirse en un poderoso «te mostraré cómo se hace».
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