por Manuel Astudillo, Embajador Los Lagos de G100 & Fundador de Mochacó.
Cada emprendedor tiene su propia historia de desafíos y triunfos en el viaje hacia el éxito empresarial. En mi experiencia con Mochacó, aprendí que el emprendimiento no es solo un camino de rosas, sino una travesía llena de incertidumbre y obstáculos. Cuando nos lanzamos al mundo del emprendimiento, llenos de entusiasmo y determinación, no anticipamos los desafíos que enfrentaríamos.
La idea de por sí era lo que se puede decir “chora” y sostenible, además: poner en valor las redes y otros residuos del sector salmonero, convirtiéndolas en productos de diseño. Invertimos gran parte de nuestro capital en sueldos, branding y producción, solo para encontrarnos con el doloroso desafío del sobre-stock y ventas lentas.
Sin embargo, fue en medio de esta incertidumbre donde descubrimos una valiosa lección que cambiaría el rumbo de nuestra empresa: la importancia de las mentorías.
Gracias a eso y a nuestro mentor del G100, Hernán Millas, que me comentó que es necesario ser específico en el servicio que uno entrega al cliente. Gracias a este consejo pudimos diversificar nuestras fuentes de ingresos participando en concursos, y esta estrategia nos brindó no solo recursos financieros, sino también oportunidades inesperadas: posicionamiento, prensa, alianzas estratégicas y, lo más valioso, los consejos de personas con mayor experiencia.
El encuentro con Hernán marcó un punto de inflexión en nuestro viaje. Su sabiduría y experiencia nos guiaron para replantear nuestra estrategia comercial y enfocarnos en la necesidad crítica de aumentar nuestras ventas. Su consejo resonó profundamente: «dime cuántos vendedores tienes y te diré cuántos modelos de negocios tienes». Con solo yo como vendedor, comprendimos la importancia de enfocarnos en el modelo B2B, vendiendo producciones completas a empresas.
A partir de entonces, nuestra rutina diaria se transformó en una disciplina centrada en llamar a potenciales clientes, escuchar sus necesidades y construir relaciones sólidas, incluso sin garantía inmediata de ingresos. Esta táctica nos llevó de una modesta facturación anual de $1.800.000 en el modelo B2C a alcanzar los $45 millones (de $2.2K a $55K USD) anuales en el modelo B2B.
Las mentorías no son una fórmula mágica, pero son un faro guía en la tormenta empresarial. Aprendimos que la experiencia de aquellos que han recorrido el camino antes que nosotros es inestimable. Además, contar con un modelo de negocios realista y una estrategia de marketing alineada con la cantidad de vendedores disponibles son esenciales.
No es la suerte lo que impulsa las ventas, sino la disciplina, la motivación y un propósito inspirador. Mochacó no solo es una marca, es un llamado a cambiar el status quo. En el mundo del emprendimiento, superar el Valle de la Muerte requiere no solo coraje, sino también la sabiduría de aprender de aquellos que han atravesado sus desafíos y usar ese conocimiento a tu favor.