Emma Lafoz: emprendiendo desde el diseño inclusivo

La diseñadora española Emma Lafoz obtuvo notoriedad tras ganar el Elle Tallent Project, que premia las mejores ideas de negocio de la moda, belleza, diseño o tecnología. Gracias a este reconocimiento, recibió poco más de US$26.000 para llevar a cabo el proyecto y una beca para cursar Master in Management o un Programa de Executive Education en IE Business School.

Emma explica que desde hace varios años había tenido deseos de crear la marca, pero le faltaban conocimientos. Además, dice, “cada vez tenía más claro que si quería dedicarme al mundo de la moda inclusiva, tendría que hacerlo por cuenta propia, ya que actualmente hay una gran carencia de marcas con este enfoque”.

Una vez que finalizó su grado y el máster en gestión, se enfocó en crear la marca de moda inclusiva, la que también se nutrió de su paso en 2022 del programa de alto rendimiento textil (reimagine Textile), “donde me ayudaron a poner foco y establecer las bases para la creación de la marca. A partir de aquí, ya fue ir dando un paso tras otro”, explica.

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Al día de hoy, Emma define NiaLafoz como una marca inclusiva que ayuda a personas con diversidad funcional a vestirse a la moda sin problemas, fomentando la autonomía y la autoestima. “Es moda transversal, siempre remarco que no es moda adaptada (solo para personas con discapacidad), es ropa para todo el mundo. Se trata de incluir a todas las personas en el sistema de la moda, ya que la ropa estándar está diseñada sin pensar en las necesidades de las personas con diversidad funcional”, indica.

A su vez, también utilizan fornituras y cierres que facilitan el hecho de abrocharse, y han diseñado una alternativa al botón estándar a través de la impresión 3D. “Las piezas de ropa tienen un cambio de estructura que hacen que resulten más fáciles de poner y quitar. Lo que para una persona con discapacidad es algo funcional, para una persona sin ella puede representar algo estético. En resumen, son prendas con un cambio de estructura pero que quedan bien puestas a todo el mundo”, dice la diseñadora.

Hablamos con Emma Lafoz para conocer más sobre su camino en el emprendimiento.

– ¿Cómo surge tu interés por el diseño inclusivo?

Surge de unir dos factores. Por un lado, en mi entorno tengo una persona con diversidad funcional. Por otro lado, estudié diseño de moda. Cuando estaba estudiando, me di cuenta de la problemática de mi familiar con la acción de vestirse y desvestirse, o de la persona que ayudaba a vestirla. Se juntaron estos dos factores y detecté esta problemática en relación con la ropa. Como diseñadora tenía y tengo la inquietud de que hay que diseñar ropa para intentar que el mayor número de cuerpos puedan vestirse sin problemas y de que, además, puedan hacerlo de forma estética, ya que al final deben recurrir a ropa más cómoda de manejar, pero que carece del concepto moda.

-¿Cómo has vivido la experiencia de emprender tan joven?

Por un lado es duro, porque a parte de lo obvia que es la falta de experiencia, también tienes que luchar con que los proveedores y fabricantes te ven joven y tienes que transmitir credibilidad y que no es un capricho que puede que la semana que viene deje de querer realizar. Por el otro, aunque sea a base de muchos “golpes” también estoy aprendiendo mucho. Yo creo firmemente en este proyecto y si he decidido emprender es porque también me llena y es un proceso muy gratificante. Además, el ser joven también tiene sus ventajas, como el hecho de tener mucha energía o de no tener obligaciones familiares.

Obstáculos y financiamiento

-¿Qué complicaciones has tenido en este camino?

La mayor complicación han sido los proveedores. Es complicado que cuando pides pocas cantidades te tomen en serio. Y lo peor de todo es que a penas unos pocos proveedores han cumplido con las fechas de entrega que prometían. Una buena organización es imprescindible para que todo salga bien. Además, el mundo de la moda es una cadena. Si todos los proveedores se van atrasando, hace que el siguiente paso también se atrase, y así sucesivamente. Al no haberme cumplido los tiempos, después he tenido que correr y modificar muchos procesos. Otra gran complicación ha sido encontrar talleres que apuesten por marcas pequeñas y que no pueden hacer grandes producciones.

-¿De qué manera has financiado la marca? ¿Te has asesorado en esta materia?

De momento la estoy financiando con fondos propios, pero más adelante también necesitaré financiarla a partir de fondos privados, como puede ser un banco. Recientemente, he ganado un premio que supone una gran ayuda respecto a la financiación (Elle Tallent Project). Pero aún no me he asesorado en este ámbito. Es una tarea pendiente que está dentro de la lista de cosas por hacer.

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-¿Te llama la atención expandir tu marca a otros países?

¡Por supuesto! Es uno de los objetivos a largo plazo. Primero, por facilidad y conocimiento, la idea es empezar a vender en algunos países europeos, y así poco a poco ir expandiendo la marca a nivel de Europa, hasta poder expandirla a otros continentes.

-¿Qué harás con los fondos que obtuviste del premio de ELLE Talent Project?

Como cosas más inmediatas, financiar la producción de la primera colección e invertir en marketing y comunicación. Y en general, ir invirtiéndolos en los gastos que conlleva la marca (comerciales, de marketing y comunicación, logística, producción, investigación e nuevas fornituras…)

Discapacidad e inclusión

-En el aspecto de la discapacidad, diversidad e inclusión, ¿qué te parece que haya empresas que estén considerando estos aspectos? ¿Crees que cada vez más startups o marcas emergentes estén considerando estos temas?

Es necesario y en el futuro tendrá que ser así al 100%. No podemos obviar una realidad. Al igual que hoy no puede nacer una marca que no tenga en cuenta la consciencia medioambiental, en un futuro no muy lejano, espero que también se deba de tener en cuenta la consciencia social. La inclusión y el hecho de mirar hacia las minorías es una de las grandes tendencias sociales. No se puede apartar a este colectivo.

-A veces pareciera que la moda no puede aportar en temas de discapacidad e inclusión, ¿de qué manera la indumentaria puede ayudar?

El diseño en general, es una gran herramienta de cambio social. Falta que se quiera utilizar de esta manera. Hay que diseñar pensando en las necesidades de las distintas personas y no sólo en las personas normativas. Así se pueden incluir distintas realidades dentro del sistema de la moda. También puede hacerlo a través de las campañas de comunicación, ya que uno de los grandes problemas es que falta educación en torno a este colectivo. Se necesita más representación en las campañas de las marcas, por ejemplo, y en las redes sociales para que no se vean como algo diferente, sino que como algo “normal”, tal y como es.

-¿Cómo ha sido la experiencia emprendiendo?

Los inicios supongo que siempre son difíciles cuando no tienes todos los fondos económicos necesarios. Para poder financiar una gran parte, al principio he tenido que trabajar en otra empresa a la vez que emprendía. Esto supone un gran desgaste físico y mental. También te vas encontrando con muchos obstáculos que tienes que ir saltando, pero lo importante es ir para adelante. Yo siempre me quejo mucho del estrés y los nervios, pero también digo que si lo soporto es porque al igual que me estresa, también me ilusiona mucho. Es muy bonito poderse dedicar a lo que una quiere y en algo que cree al 100%.

Es muy bonito y enriquecedor ir viendo cómo se va construyendo todo, como se van consiguiendo objetivos. Además, en el camino también te vas encontrando a personas maravillosas que están deseando ayudar y aportar en el proyecto. Cuando esto pasa, se forma una magia espectacular que hace que la marca sume en todos los aspectos. Es muy importante rodearse de personas buenas, profesionales y comprometidas.

-¿Qué metas tienes a corto y largo plazo para la marca?

Como primer objetivo, lanzar la colección en septiembre y que guste para poder ir produciendo más. A largo plazo, ser una marca referente en el mundo de la moda y para nuestro target, crear una comunidad sólida y contribuir a mejorar el sistema de la moda tanto a nivel social como medioambiental. También, como he dicho antes, primero lograr una expansión a nivel europeo y después a nivel mundial.

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