Danhalit y Ariadna aterrizaron en Chile en agosto de 2019 desde Venezuela, a solo dos meses del estallido social y pandemia del COVID-19. Con 33 y 30 años, respectivamente, sabían que en el país contaban con una de las aceleradoras más potentes de América Latina y que sería una gran oportunidad para desarrollar y crecer la idea que tenían en mente.
Así, con el apoyo de Start-Up Chile, nada las detuvo y lograron su primera venta. Lo cierto es que en solo cuatro semanas ya tenían miles de transacciones, pero “cayó la pandemia y fue crítico. Por dos años nos tocó crecer en un país desconocido, en una industria impactada fuertemente, con fronteras cerradas, sin poder salir de casa, con un producto enfocado en la digitalización con presencialidad y la necesidad de vender para poder vivir”, cuentan.
Lograron crecer e incluso levantar capital ángel. Pero, ¿cómo? Se lo consultamos a Danhalit Zamalloa (CEO) y Ariadna García (CRO). Así surge la historia de Wibo.
– ¿Cómo y cuándo nace Wibo?
Wibo es una idea que surgió desde Venezuela (Danha tenía una startup donde contrató a Ari para el área comercial). Esa startup estaba enfocada en pagos digitales, pero en el 2017 surgió una situación muy particular en Venezuela, porque debido a la altísima inflación y a la falta de terminales de pago físicos, la gente empezó a usar ese producto de pago digital en el canal presencial, entonces decidimos hacer un piloto en un restaurante.
Descubrimos que el restaurante se sentía muy feliz de ofrecer un servicio moderno y el cliente sentía que tenía una forma más eficiente de ser atendido, pero además todo esto dejaba una traza de data que hoy no existe en el canal presencial que es que ahora el restaurante podía conocer quién compra que en su canal. En ese momento, comprendimos que había algo poderoso ahí, sin embargo, esa startup solo era de pagos por lo que cubría una parte del proceso de compra. Más adelante cuando se dio la oportunidad, decidimos en Perú aventurarnos y validar esta nueva idea que, desde idea hasta piloto inicial, pasaron unos dos meses.
– ¿Por qué decidieron emprender en dicha área?
Ari y yo compartimos una fuerte orientación por el servicio y la experiencia desde PagoFlash, finalmente somos consumidoras y nos dimos cuenta puede existir un mundo en el cual todos los clientes podemos ser VIP porque la tecnología permite hoy llevar al canal presencial información como nunca antes.
¿Y si Netflix o Spotify saben que me gusta porque no podría saberlo el restaurante de la esquina para atenderme mejor? Esas ganas de transformar los momentos cotidianos de las personas en momentos de conexión, en dónde erradicamos la fricción de la experiencia de compra nos emociona muchísimo y el potencial de hacerlo en América Latina es inmenso.
Estamos en la región de mayor crecimiento para digitalización del mundo, tenemos una población que ha demostrado que se interesa por la conveniencia y que ha subido sus expectativas de consumo, que valora más su tiempo y la personalización. En este mundo queremos ser ese habilitador que a partir de data pueda ayudar a los comercios a servir como nunca antes en su canal presencial.
– ¿Cuáles fueron las primeras problemáticas que vieron en el desarrollo del proyecto?
Cuando iniciamos Wibo, lo hicimos fuera de nuestro país de origen entonces sabíamos que para poder desarrollar este proyecto necesitaríamos ese cofundador técnico que nos ayudará a construir este proyecto para poder llevarlo al mercado. En ese momento invitamos a un conocido a formar parte del proyecto. Desde el inicio la intención siempre fue tratar de tres el proyecto, en la práctica, sin embargo, fue algo muy distinto.
Si bien en algunas cosas al inicio funcionó, lo cierto es que los intereses y sobretodo y más importante lo valores de fondo eran muy diferentes. Al inicio no lo vimos claro, pero con el tiempo nos dimos cuenta que esto llevó a consecuencias que se reflejaron en impacto negativo en muchos espacios en donde como fundadoras no técnicas, tuvimos que realmente depender muy poco del producto o la tecnología y mucho de la capacidad de vender y encontrar soluciones no tecnológicas a problemas (esto es una habilidad muy necesaria para founders no tech). Desafortunadamente en tecnología esto tiene un tope, así que eventualmente este desfase fue muy evidente y nos cansamos de hacer la carga de quien no hacía su trabajo.
Así que luego de más de un año y medio de diferentes advertencias y esperas de mejoras, tuvimos que cortar relación con este desarrollador que inició con nosotras, quedándonos con un legado de deuda de técnica y mucho producto por armar desde inicio. Hoy la verdad queda poco de lo que se construyó en esa época.
– ¿Cómo fueron los primeros años de la empresa? ¿buscaron financiamiento?
Definitivamente la pandemia fue el momento más duro para la industria y personalmente para nosotras también. Sin embargo, siempre fuimos afortunadas de cruzarnos con personas en el camino que acompañaron nuestro camino de crecimiento. Gracias a que siempre tuvimos mucho enfoque comercial, desde muy temprano tuvimos foco en ventas, por lo que eso sumado al apoyo de Start-UP Chile que participamos en sus tres programas, fueron clave para que cuando buscamos capital, no fuese desde el desespero, ni para no morir, sino para crecer.
En ese sentido, cuando conseguimos inversión ángel recién habíamos cerrado una venta importante y para el segundo levantamiento formal de fondos de US$300 mil habíamos tenido varios meses de break even.
– ¿Cómo lograron salir de los problemas que tuvo Wibo?
Paradójicamente, a veces como emprendedora puedes creer que el mayor problema vendrá al salir de un problema y te colocas es un escenario en dónde solo ves lo peor, pero a veces lo cierto es todo lo contrario. Cuando cortas con lo que no funciona o retrasa, al contrario del caos, lo que ocurre es un mundo de posibilidades donde finalmente puedes ejecutar esas estrategias que impulsan el crecimiento de tu negocio. En ese momento, lo más difícil fue asumir y pagar la deuda técnica, empezando por un catastro que nos llevó a descubrir el estado real de la parte técnica y nos llevó a decidir solo sostener lo absolutamente necesario para operar, mientras nos enfocarnos en migrar lo nuevo.
Hoy ese tema es un capítulo cerrado y estamos concentradas en nuestro crecimiento, para esto fue clave contar con un equipo comprometido y capaz que asimiló con madurez y compromiso la nueva etapa, el apoyo de nuestros inversionistas, mentores en cada paso fue importante también. Pero siempre lo más importante es volver al centro de todo que es «el cliente» y continuar enfocadas todos los días es como entregamos y agregamos a valor a su experiencia de compra.
– ¿Cuál es el status de la empresa actualmente?
Los últimos meses retomamos nuestro ritmo de crecimiento de 10% mes a mes, este mes cerramos en break even, salimos una nueva experiencia increíble en Mercado14 de MallPlaza trabajando con marcas como La Cantina, El Hoyo, La Pizzería Argentina, Sushi Pop, entre muchas otras, ¡ojalá vayan a probarla! Y lo que se viene es todo un nuevo producto con algunas sorpresas que aún no podemos contar.
– A modo de reflexión final, ¿cuáles fueron los principales aprendizajes que sacan de su experiencia?
Para ambas ha sido un aprendizaje increíble en todos los aspectos, desde retomar lecciones que creíamos aprendidas cómo poder realmente asegurarte de forma práctica compartir valores con las personas que eliges invitar a un proyecto como fundadora. También estar atentas a los redflags desde temprano, por ejemplo, si tu cofounder, está más interesado por sacarse la foto que en los problemas del cliente, por ahí no es.
Otro aprendizaje muy bonito es que a veces las fundadoras no tech, podemos sentir miedo de la tecnología y este ecosistema muchas veces lleva a crear mitos alrededor de la parte técnica, pero lo cierto es que las personas no compran código, compran soluciones a sus problemas en forma de producto digital y si por supuesto debes tener una base, y claro la tecnología es un componente esencial, pero desarrollar un producto, más aún una empresa, requiere diferentes habilidades multifuncionales.
En este tiempo hemos visto productos tecnológicamente más avanzados no prosperar, porque la única verdad es si tu camino es el de emprendedor entonces conocer a tu cliente y brindarle una solución a su problema desde tu punto de vista único, es tu único foco. Hoy la tecnología es todo o casi todo, así que hay infinitas formas de llegar a solucionar ese problema. También si eres fuerte en ventas, eso también es una ventaja, no lo olvides.
– ¿Algo que agregar?
Hoy el avance de la tecnología es tan profundo que se está probando de manera indiscutible que no es acerca de la tarea, es acerca del propósito. Hay múltiples artículos escritos de cómo hoy se pueden empezar startups solo con la ayuda de chatgpt y lo cierto es que efectivamente las tareas se pueden delegar, pero ese propósito de servir al cliente, de realmente generar valor, de entender y transformar data en insights de valor, ese lado quizás menos obvio, también debería ser parte de la conversación en la nueva generación de startups en el ecosistema.