España bate récord en registro de patentes, aunque la mayoría de startups aún no protege su innovación. ¿Qué puede aprender Latinoamérica?
En un hito para su ecosistema de innovación, España ha alcanzado un récord histórico en el número de patentes registradas, en gran parte impulsado por el crecimiento de startups tecnológicas comprometidas con proteger sus desarrollos. Este avance subraya la importancia que está cobrando la propiedad intelectual en el entorno emprendedor europeo.
Sin embargo, aún hay un gran reto: según cifras recientes, solo el 4 % de las startups en España realizan un registro formal de propiedad intelectual. Este bajo porcentaje refleja una brecha preocupante entre innovación y protección legal, especialmente considerando que muchas startups basan su valor en desarrollos tecnológicos y soluciones únicas.
Para los ecosistemas de emprendimiento de Latinoamérica, este escenario deja una lección clara. Aunque en la región también se ve un crecimiento en la inversión y creación de startups, la cultura de protección de la innovación sigue siendo débil. Ya sea por desconocimiento, falta de asesoría o recursos limitados, muchos emprendedores descuidan una parte fundamental de su estrategia empresarial.
¿Por qué es clave proteger tus ideas?
Registrar una patente, marca u otro derecho intelectual no solo brinda respaldo legal, sino que también aumenta el valor percibido de la empresa ante potenciales inversionistas. En muchos casos, la existencia de una propiedad intelectual sólida puede ser decisiva en rondas de inversión, fusiones o ventas.
Además, proporciona una barrera competitiva sostenible: impide que otros copien o se apropien del conocimiento generado y, en algunos modelos de negocio, incluso abre la puerta a ingresos por licencias o royalties.
Un llamado a actuar desde el ecosistema
Ecoistemas como el que impulsa ecosistemastartup.com tienen un rol clave en este aspecto. Desde formación, mentoría, asesoramiento legal y espacios de networking, es fundamental que las comunidades emprendedoras promuevan la profesionalización de las startups no solo en desarrollo de producto, sino también en la protección de sus activos intangibles.
En definitiva, si queremos ver startups escalables, resistentes y preparadas para competir a nivel global desde Latinoamérica, urge incorporar la propiedad intelectual como parte de la estrategia desde el día uno.
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