La “Ley de las 40 horas” reducirá gradualmente la jornada laboral en Chile, que pasará de 45 a 44 horas en su primer año de vigencia y a 40 horas al quinto año. Pero, aunque se trata de un gran beneficio para los trabajadores, que podrán disponer de más tiempo para la familia y otras actividades, la interrogante que surge es si las empresas están realmente preparadas para el cambio.
Y es que las modificaciones a nivel corporativo serán diversas, considerando que todas las organizaciones operan de manera diferente, dependiendo de su rubro. Por ejemplo, algunas funcionan con sistemas de turnos y otras no. De hecho, sobre esto último, la legislación exige que el supervisor y el encargado del comité paritario recuerden constantemente las medidas de seguridad y revisen las máquinas que reciben de cada turno.
“No es tan fácil poder organizarse. Habrá cambios en seguridad social y normativas medioambientales que acompañan, especialmente, al sector productivo. En tanto, en el caso de los servicios (consultoras, bancos, instituciones financieras, entre otras), se ha normalizado la contratación de personal usando el artículo 22 para no asumir la carga laboral extra”, sostiene la gerente general de Best Business Solutions Consulting (BBSC), Claudia Valdés Muñoz.
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En este sentido, la especialista contable y tributaria explica que es común que las empresas de servicios no respeten ni siquiera la jornada de ocho horas al día. “Esta ley pone un freno significativo. Ahora, sólo se permitirá contratar bajo el articulo 22 del Código del Trabajo -que excluye a algunas personas de la limitación de jornada- a quienes ocupen posiciones ejecutivas como gerentes, representantes legales y administradores”, comenta la gerente general de BBSC.
Sin duda, para estas empresas el cambio será importante puesto que, en general, no pagan horas extras cuando se ha realizado un trabajo adicional. Ahora, tendrán que mejorar sustancialmente la gestión de recursos humanos. “Esto develará que muchas empresas cuentan con una cantidad menor de personal, en relación con sus necesidades. Con la nueva ley, de seguro, tendrán que aumentar la contratación”, afirma Claudia Valdés.
Por lo anterior, independiente de cuál sea su sector productivo, las empresas tendrán que comenzar a hacer las adecuaciones necesarias, entre ellas, mejorar las dotaciones y ajustar la carga de trabajo. “Igualmente, los trabajadores ya no dispondrán de tiempo para realizar actividades ajenas al trabajo, para que -a pesar de la reducción de la jornada laboral- la productividad no disminuya”, concluye la especialista de BBSC.