¿El líder nace o se hace? Más allá de las condiciones innatas de liderazgo que una persona podría tener, hay herramientas y prácticas de eficacia comprobada que se pueden aprender. Así lo sostiene Roberto Larraechea, director de Proyectos Gestión de Ambientes Laborales en Circular HR, consultora de capital humano de Fundación Chile, que pondrá en marcha la primera “Escuela de Nuevos Líderes” el próximo 28 de septiembre.
La capacitación está dirigida a quienes asumen posiciones de jefatura por primera vez y que requieren herramientas para desarrollar su rol e influir positivamente en su equipo. Durante cuatro meses y en ocho sesiones, abordará los aspectos determinantes de un liderazgo capaz de motivar a los colaboradores, mejorar el clima laboral, aumentar la productividad y prevenir el agotamiento.
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El programa de liderazgo que impulsa Circular HR está basado en el Modelo Demandas y Recursos Laborales (DRL) de Bakker y Demerouti -una metodología de vanguardia diseñada por el Dr. Arnold Bakker– y en los continuos monitoreos y estudios de Engagement en organizaciones realizados por la consultora. “Este modelo dice que debe existir un equilibrio entre lo que el trabajo nos exige y los recursos disponibles para hacer efectiva esa exigencia. Es lo que finalmente determina el bienestar, la motivación, nivel de energía y el riesgo de llegar a ‘fundirse’, que es lo que conocemos como síndrome de burnout. Y es el líder quien regula y mantiene ese balance”, explica Larraechea.
El directivo enfatiza que es también el líder quien ordena el trabajo y determina cuándo el equipo requiere una inyección de recursos, de apoyo o de demandas, dependiendo de si lo que se necesita es tensionar, impulsar esa energía y desafiar a los colaboradores.
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Asimismo, el experto sostiene que “un mal líder puede generar un ambiente laboral tóxico y reacciones como la ‘renuncia silenciosa’ (quiet quitting), que se produce cuando las personas ven el trabajo como una amenaza. Y, por el contrario, un líder positivo es capaz de guiar, facilitar el trabajo y motivar a su equipo”.
Prácticas probadas
El foco de la Escuela de Nuevos Líderes está en compartir las buenas prácticas que han dado resultados exitosos en los diferentes ambientes laborales, como por ejemplo “qué hábitos de equipo son saludables o qué prácticas de trabajo y de supervisión son ideales de implementar. Y todo ello, basado en la evidencia de los investigadores, haciendo énfasis en lo que sabemos que genera mayor impacto y que lo hemos comprobado en la experiencia”, explica Larraechea.
La formación que se entregará a través de la “Escuela de Nuevos Líderes” se desarrollará a través de encuentros presenciales de entrenamiento y aplicación práctica, intercalando con sesiones online de autoevaluación, reflexión y discusión.
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El propósito es proporcionar un espacio de formación de calidad y de bajo costo, que reúna a nuevos líderes desde diferentes organizaciones para generar un entrenamiento en conjunto y una interacción enriquecedora para los participantes.
“Si bien la ‘Escuela de Nuevos Líderes’ es un programa que hemos implementado en formato cerrado para ciertas empresas, el diseño que estamos presentando ahora está abierto a personas de distintas organizaciones y realidades, que se puedan conocer y compartir, aprendiendo también de ese intercambio de experiencias”, finaliza Roberto Larraechea.
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